A Alberto y su familia les tocó un tercer premio de la lotería en 2008 y decidieron meterlo en un depósito a plazo fijo en enero de 2009. «Tan solo queríamos guardar el dinero en un lugar seguro», asegura dejando claro que no es, ni por asomo, un inversor experto en este tipo de productos bancarios.

Publicado en Elmundo.es el 13 de agosto de 2012

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