Hay un tipo hablando en inglés (creo que en el dialecto matritensis) anclado en el andén del metro al que todos miran como si fuera yihadista.
Hoy el metro ha despertado más ruidoso de lo normal. En megafonía anuncian que hay toque de queda a partir de las 21h en Sol porque en esta sociedad necesitamos ensayar hasta lo de comenzar con el pie derecho el Año Nuevo. Imagino que también será debido a la contaminación acústica, especialmente molesta en esta fría mañana del incipiente invierno al que aún no me ha dado tiempo a acostumbrarme.
Una señora vocifera por teléfono a una compañera (ya se sabe, en los vagones de metro no se puede hablar normal). “Tienes que ponerte seria y decirle a que si es él el que te acusa (pausa) Hay que ponerse así; yo también lo hago”. Ya no hay ni Navidad en los trabajos.
Donde sí la hay es en Vallecas. Un niño especial tiene como misión en esta vida entrenar vestido con una franja cruzándole el pecho. Hoy, no gracias al club sino a su tesoro más oculto y denostado, Hugo -que así se llama el pequeño héroe de hoy- ha cumplido su cometido.
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A pesar de vivir en plena vorágine de blogs y libertad gratuita de expresión, hacer periodismo es cada vez más caro. Justo hoy Reporteros Sin Fronteras ha anunciado que 67 periodistas han sido asesinados en pleno ejercicio de su profesión. Sin tener que llegar a esos extremos y refiriéndonos a lo más pragmático, tampoco sale asequible el oficio de contar con garantías. La dictadura del negocio del máster de empresa lo hace inaccesible para muchos, arruina familias enteras y adoctrina a un becariado con un listón algo bajero.
Mañana será el penúltimo día de este 2015. Se enfrentarán el Rayo y el Atlético de Madrid mientras que el Real recibirá a la Real. Demasiadas realidades para quien solo de sueños vive.